Lagunas de Neila (1.895 mts)
En nuestro incontenible afán por ascender los puertos de más renombre de la geografía nacional, y aprovechando que veníamos “calentitos” después de ascender a La Cruz de La Demanda, nos desplazamos desde Ezcaray hasta la localidad burgalesa de Quintanar de La Sierra con el objetivo de descubrir esta famosa ascensión que los aficionados a este noble arte del pedal tantas veces han presenciado en etapas de Vuelta a España y que hacía no demasiadas fechas había sido testigo en la Vuelta a Burgos de una nueva exhibición por parte de ese fenómeno del ciclismo actual que es Alejandro Valverde.
A lomos ya de nuestras máquinas, nos dirigimos desde la citada localidad en dirección al Puerto del Collado. Los aproximadamente 10 km. que separan ambos puntos son realmente cómodos. La pendiente es de escasa importancia y la carretera está recién asfaltada, lo cual nos va a permitir disfrutar de un entorno muy atractivo, rodeados de pinares, mientras pasamos por lugares interesantes como el nacimiento del río Arlanza y el área de Sanza que en estas fechas se encuentra plena de actividad. Dos kilómetros antes de llegar al cruce que lleva al pueblo de Neila la pendiente aumenta hasta un 5-6%, lo cual nos va a venir de perlas para empezar a tensar los músculos ante lo que se nos viene encima.Al llegar a este punto empezamos a notar la tensión que provoca la proximidad de esa fatídica última parte de la ascensión a Las Lagunas de la que tanto nos han hablado. Tan pronto tomamos el cruce a la izquierda empezamos a comprobar en nuestras carnes la bien merecida fama de esos fatídicos cuatro kilómetros. Tal es así que durante todo este trayecto el porcentaje va a estar moviéndose por encima del 11%, con rampas que llegan a alcanzar el 16%, especialmente cruento en las curvas de herradura, y que van poner nuestras pulsaciones al límite. Es muy conveniente acometer este tramo con el desarrollo adecuado. Un 39x25/26 puede ser adecuado aunque el tercer plato puede venirnos de perlas para subir ligeros y no quedarnos completamente atrancados. Al cabo de 2.5 km. de calvario llegamos a las barreras que dan acceso a las Lagunas Altas , donde vamos a tener un brevísimo respiro antes de volver a encontrarnos con otro kilómetro y medio durísimo. Coseguimos llegar al Mirador de San Francisco y tras unos metros más de esfuerzo llegamos al aparcamiento donde por fin podemos relajarnos y recuperarnos del tremendo esfuerzo que hemos precisado para llegar a este entorno privilegiado.Por supuesto, no desaprovechamos la ocasión de visitar y disfrutar de este precioso paisaje de lagunas naturales.Lo cierto es que nos lo habíamos ganado.....