Landis, el tramposo, acusa a Armstrong de hacer trampas
Floyd Landis, que desde el año 2006 no ha hecho otra cosa que proclamar su inocencia a los 4 vientos, acaba de confesar que a lo largo de toda su carrera deportiva no ha parado de doparse. Epo, hormonas de crecimiento, anabolizantes, y si me apuran, hasta coctel belga. ¡Todo un yonki de la bicicleta! Este tramposo, que desde la famosa etapa nº17 del Tour del 2006, la "de los bidones de agua por la cabeza", solo ha sabido decir que todo fue un error y que demostraría su inocencia. Así durante 4 tristes años. La cuestión es que ha debido gastarse todo el dinero que le ha dado el ciclismo para pagar a los abogados que defendian su causa. Todo ha llegado a su fin cuando los chupatintas han terminado desplumándolo.
Ahora le habrán aconsejado declararse culpable y confesar, quién sabe, de un tipo sin escrúpulos como este mormon americano, se puede esperar todo, quizás ahora piense que pueda vender algún que otro libro o ir a algún plató de TV para recuperar todos los dólares perdidos. ¡Qué poco respeto por el ciclismo!. ¿Podríamos hablar de otro caso Manzano? ¿Hasta donde puede llegar un ciclista despechado? Yo de un tipo que ha estado 4 años mintiéndonos a todos, esperando que sus abogados le salven el culo, y que cuando ve que todas las puertas se le cierran salga ahora entonando un mea culpa, no me creo nada.
Y dicho esto.. añadir que a mí no me hace falta que me diga Landis que Armstron se ha dopado. Ya lo han dicho muchos antes que él. En mi opinión la prueba mas contundente de que Armstron se ha dopado es la afirmación del diario deportivo francés L´Equipe que asegura que Lance Armstrong ganó el primero de sus siete Tours, el de 1999, con la ayuda de eritropoyetina artificial (EPO). El diario, tras haber tenido acceso a los resultados de los análisis efectuados por el laboratorio antidopaje de Châtenay-Malabry de las muestras B, las que normalmente se utilizan para los contraanálisis, de la orina del ciclista estadounidense. Armstrong no tiene posibilidad alguna de defensa porque ya no se conservan las muestras A, las que fueron analizadas hace seis años, durante la carrera, sin que se vieran sustancias de las consideradas entonces como dopantes. Claro que por aquellos años los sistemas todavía eran incapaces de detectar la eritropoyetina. Los tramposos van por delante de la tecnología. ¿Estará ocurriendo algo parecedo hoy en día? ¿No se trabajara en laboratorios clandestinos con algún tipo de ingenieria genética indetectable a los controles?
Otra realidad es que ex-ciclistas profesionales o antiguos directores de equipo vienen manifestando año sí y año tambien que los tiempos que consiguen los ciclistas en las etapas son inhumanos. Que los trazados de alta montaña de las grandes carreras de 3 días no los puede soportar un cuerpo en circunstancias normales. Y que para que se acabe el doping es necesario acortar las distancias de las etapas y la dureza de las mismas. Blanco y en botella.
Y.. por si no fuera poco en este gran lío en el que se ha convertido el ciclismo, añadir que si a las televisiones no se les oferta "recorridos que garanticen un buen espectáculo", y con ello se consigan grandes audiencias que reporten beneficios económicos, el ciclismo no llegaría a nuestros hogares y posiblemente el aficionado tampoco subiría a alentar a los corredores a los puertos.
Dicho esto, solo quedaría formular la pregunta del millon; ¿Por donde metemos la tijera?