Cicloturismo por Avila

 

AVILA- BURGOHONDO(61 KMS)

 

Avila – Puerto del Boquerón(13.5 kms)

Llegamos a Avila con el animo enaltecido, después de que una lluviosa primavera dejaran entrever un hermoso fin de semana. El sol se alzaba sobre un cielo limpio de nubes en su máximo esplendor.
Dejamos el coche en la ciudad amurallada y comenzamos con el laborioso proceso de preparar las bicicletas para la marcha, así como el complejo mecanismo de acoplar cada una de las múltiples prendas sobre nuestro cuerpo.
Abandonamos Avila por la C-505, caminando por un carril bici que corre paralela a ella. En el 1,5 km cogemos la desviación de la carretera AV- 903, y comenzamos a ascender ligeramente en dirección al Puerto del Boquerón.
En el km 7 hay una cantera , lo que hace que en estos primero kilómetros nos acompañen algunos camiones de alto tonelaje. Una vez pasada la cantera después de una subida constante y de no mucho porcentaje, el tráfico se hace inexistente y el paisaje dulcifica el esfuerzo.
Nos encontramos con un ondeado terreno, poblado de colinas todos ellas verdes y de un pequeño riachuelillo que unas veces nos acompaña y otras desaparece cuando el terreno asciende.
La primavera había sido generosa con el paisaje y las vacas estaban dando cuenta de la hierba que poblaba el terreno.
Acompañados por el bucólico paisaje y por unos porcentajes asequibles la subida al puerto no resulto especialmente penosa.
En el kilometro 13.5 llegamos al final del puerto del boquerón, a unos 1315 metros de altura

Puerto del Boquerón-Santa Cruz de Pinares (km 26.50)

Durante 8 kilómetros nos lanzamos por un vertiginoso descenso hasta alcanzar el cartel del pueblo de Herradon. La carretera de descenso está bien asfaltada, las curvas tienen visibilidad y el tráfico rodado no aparece por ningún lado , las bicicletas se lanzan y nosotros disfrutamos de un hermoso descenso entre montañas.
En el kilometro 21.50, y cuando el descenso ya empieza a finalizar, aparece el cartel de Herradon, un pequeño pueblo escondido en un angosto valle que apenas se hace perceptible hasta que no estas encima de él.
Pasamos por el cruce de Cebreros (km 22’15) y continuamos sin dejar la carretera en dirección Santa Cruz de Pinares , el terreno es de continuas bajadas y subidas, lo que impide coger un ritmo, pero sin apenas darnos cuenta nos encontramos con las primeras casas de este pueblo.
Nos adentramos en el pueblo de Santa Cruz de Pinares, este pueblo como muchos de los que nos encontraremos a lo largo de la ruta , son pueblos donde se encuentra adosadas unas a otra arquitecturas de diferentes tiempos, esta mezcolanza sin criterio resulta desagradable a la vista.
Así, nos encontramos casas con ladrillo rojo que asemejan pisos de cualquier barrio, con bonitas casas de piedra.
Después de llenar los bidones y escuchar como desde un altavoz del ayuntamiento se llamaba al paisanaje a recoger su paga, nos deslizamos por las ultimas casas del pueblo dirección al Barraco, nuestro lugar de almuerzo de hoy.
A la salida del pueblo un cartel marca 14,5 kilómetros al Barraco, nuestros estómagos parecen calmarse ante la cercanía de nuestra primera parada.

Sta cruz de pinares- Barraco (km.42)

Desde este ultimo pueblo salimos a buen ritmo, ansiosos por tomarnos una cerveza ya que el sol aprieta y la sed empieza a hacer mella.
Por un paisaje hostil carente de sombras y entre un páramo donde el escaso aire nos refresca, nos abalanzamos sobre el Barraco, pero antes de llegar nos encontramos con un par de kilómetros que se empinan, donde algunos de nosotros depositan sus ultimas reservas.
El Barraco es un pueblo de ciclistas, así como parte de la zona.
Junto al Barraco, el Tiemblo y Navaluenga son pueblos que desde la irrupción en el pelotón internacional del gran Arroyo, no han dejado de surtir nuestro ciclismo de grandes corredores. La peña de Arroyo, conducida por Víctor Sastre (padre del magnifico corredor Carlos sastre) es la culpable de todo ello.
Hablamos con los paisanos sobre el malogrado Chava, autóctono del pueblo, así como de otros corredores de la zona como Sastre, Mancebo, Navas....etc, nos cuentan sus andanzas y anécdotas. Quedándonos con todo lo bueno , nos despedimos dispuestos a dar cuenta de los frutos de la tierra, en un magnifico asador que nos habían recomendado.
El asador de mariano, que ese es su nombre se encuentra en una de las calles que parten de la pequeña plaza, calle Santa Teresa, 52, un sitio recomendable tanto por su calidad así como por su precio.

Barraco- Navaluenga(km 61)

Depuse de calmar nuestro estomago, y con el animo renovado, nos dirigimos a afrontar la segunda parte de la etapa de hoy. Estos 19 kms son favorables y así lo dispusimos para no crear un aprieto a nuestro delicada digestión.
Cogemos la N-403 dirección el Tiemblo y a unos 5kms, nos sale el desvío hacia Navaluenga.
Desde aquí y en una continua bajada nos dirigimos a nuestro lugar de descanso, los primeros kilómetros corren paralelos al pantano del Burgillo, sumergiéndonos en un paisaje propio de otros lares mas al norte, la vista lo agradece y las piernas
El paisaje de extrema belleza se entorpece con el aumento de coches, lo cual no deja de perturbarnos, la belleza y el trafico son incompatibles, así que poco a poco vamos dejando atrás el pantano, para a través de una inmensa recta entre montañas adentrarnos en las primeras casas de Navaluenga.
Navaluenga como muchos de los pueblos de esos lares, tiene una pequeña población que ha de triplicarse en el estío y en los periodos vacacionales, esa enorme influencia se refleja en su arquitectura un poco de aquí y otro poco de allá, algo que nos iremos encontrando por todos los pueblos de esta parte de Avila, que al crecer fueron incurriendo en la contradicción con el entorno.
Aquí dormimos en la pensión Nuria, barata y adecuada para los pocos exigentes. Mas recomendable es el albergue, 2kms antes de Navaluenga, para aquel día andaban sin plazas.

2 DIA

NAVALUENGA- AVILA (42 KMS)

Navaluenga - Burgohondo (km 7)

En el segundo de los días nos encontrábamos con la dificultad montañosa de la ruta, y esto afectaba sobre el animo del personal , que se dispone a llenar el buche para tener repleto el deposito y así disponer de reservas para todas y cada unas de las rampas que nos esperaban.
En un bar de la pequeña y recogida plaza de Navaluenga, antes de llegar al río sobre el que parece descansar este pueblo, dimos cuenta de todo aquello que a esas horas surtía el mostrador. Una vez saciados de alimento partimos en dirección de Burgohondo.
Entre ambos pueblos apenas hay 7 kms de terreno relativamente llano, que nos sirve para calentar las piernas.
Pasamos por Burgohondo dirección Navalmoral sin que nuestra vista se pose sobra algo digno de mencionar, como en la mayoría de estos pueblos es el paisaje natural quien embellece la zona.

Burgohondo- Puerto de Navalmoral( Km 23)

De Burhohondo hasta la cima del puerto hay casi 16 kms, esta distancia que ya conocíamos nos mantenía en alerta respecto de lo que nos íbamos a encontrar.
El puerto de Navalmoral es un puerto que se ha subido en múltiples ocasiones en la vuelta ciclista España y esta calificado como un 2ª. La dureza de este puerto no esta en sus rampas sino en su distancia.
De Burgohondo a Navalmoral hay 7 kms, y estos kms que vienen incluidos en la altimetría como dentro del puerto de Navalmoral, no constituyen en si la subida , se trata de 7km de repechos , algunos considerables como la salida de Burgohondo, acompañados con zonas de descanso e incluso bajadas.
Es a partir de Navalmoral y cuando la carretera se estrecha cuando nos encontramos con el verdadero puerto, curvas con desniveles que se agarran a la montaña. Es en estos 9 kms cuando las rampas sostenidas se pegan en nuestras piernas, y el corazón empieza a latir desenfrenado.
El puerto, hermoso como casi todos los puertos, rodea las montañas y parece esconder al final de cada curva su cima, pero no es así, aun nos depara algunos kilómetros de mas. Apenas existe vegetación en los últimos kms, el sol y la escasez de sombras acaba con nuestras reserva de agua y colorea nuestra piel. El trafico desde Navalmoral es inexistente, así que aquellos que tengan buenas piernas pueden disfrutara plenamente del paisaje.
Los puertos ponen a cada uno de los miembros de nuestro pequeño pelotón en su lugar natural , sin embargo en esta subida ocurrieron algunos hechos dignos de mención.
El Escorpión , una de las jóvenes promesas, oso atacar a uno de los grandes escaladores del pelotón (Patxi). No se conformo con ir a su rueda, sino que imprimió un ritmo alto sin mirar atrás. Obviamente y a pesar del interesante ritmo, no pudo dejar al gran líder (el gran Peio, pero este muchacho esta a otro nivel), sin embargo Patxi empezó a dar muestras de flaqueza.
Fue en las duras rampas de la entrada de Navalmoral donde Patxi, a pesar de emplear argucias de propias de un corredor astuto; perdió contacto con el grupeto de los lideres, y a pesar de todos sus esfuerzos cedió mas de 5 minutos en la cima.
Este bajón y perdida de su lugar natural en el pelotón, fue entendida por algunos como un relevo generacional, la explosividad de la juventud superaba al entrenamiento constante y concienzudo.
Sin embargo, parece demasiado apresurado asegurar que nos encontramos con el fin de un ciclo, y parece mas adecuado esperar unas cuantas rutas para ver si se trato solo de un mal día o la tan esperada explosión del Escorpión.
En el puerto de Navalmoral, a 1514 metros, disfrutamos del hermoso paisaje que brinda la cima de un puerto, y de la satisfacción de haber superado la dificultad montañosa del día de hoy.

(para mayor información sobre el puerto de Navalmoral os remitimos al apartado de puertos de montaña).

Puerto de Navalmoral- Avila(km 40)

Desde la cima del puerto de Navalmoral hasta la ciudad amurallada apenas distan unos 17kms.
Los primeros 10 kms, son de una prolongada bajada con buen firme que nos anima a lanzarnos y a apurar cada uno de sus curvas.
Una vez la pendiente desciende, la carretera se transforma en inmensas rectas, donde el viento nos azota y consume nuestras ultimas fuerzas.
Por fin después de luchar contra el viento arribamos sobre Avila.
Como toda ruta que se precie , acaba alrededor de una mesa donde se rememoran todos y cada una de las experiencias vividas, aderezadas por los efluvios de un buen vino, que a mas de uno desata la lengua.